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31 de Enero de 2023

Stial. La historia de una revolución

2min. de lectura Comunidad stial.
 Stial. La historia de una revolución

Stial. Mi propia revolución

¡Hola! Soy Sila, una Akita Inu de 4 años que ha venido a revolucionar tu alimentación para que te sumes a mi nueva era. Mi familia me ha cuidado siempre con el máximo amor posible, aunque de bebé era un poco rebelde… ¡No es mi culpa que todos sus zapatos estén tan buenos!

Desde cachorra he sido muy especial a la hora de comer (claramente mi obsesión con los zapatos no ayuda mucho que digamos) y nunca acabé de acostumbrarme a comer pienso, porque me provocaba muchos dolores de barriga. Mi familia estaba muy preocupada por mí, así que me llevaron muchísimas veces al veterinario para que me hicieran pruebas. Como no encontraron nada raro en mí y no mejoraba mi experiencia con el pienso, los veterinarios acabaron por recomendarles que probaran a alimentarme con una dieta natural. 

Por lo que mi familia humana tuvo que buscarse la vida para proporcionarme una alimentación completa y que me sentara bien. Al final, decidieron probar con una dieta a base de BARF. Realmente fue un gran descubrimiento, ya que me encantó. Dejé de tener dolores de barriga, mi pelo estaba más suave y me sentía mucho más activa. ¡Era la reina del mundo! Mis humanos estaban tan contentos con los resultados, que no se preocupaban por toda la logística que sumaba mi nueva dieta. Por ejemplo, que ahora tenían que hacer espacio en el congelador y la nevera, para evitar que la carne cruda no estuviera en mal estado, pero no les importaba, ya que yo era feliz. 

MMM... Hamburguesa

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Desafortunadamente, un día empecé a tener diarreas muy feas y me dolía la barriga otra vez, por lo que volvimos a visitar a mis amigos del hospital veterinario. Esta vez, me encontraron una infección en el estómago. Después de unas cuantas pruebas y preguntas, llegaron a la conclusión de que lo más probable era que hubiera ingerido una bacteria a través de la carne cruda. Y, lo peor de todo, fue que avisaron a mis humanos de que ellos también podrían haber contraído la bacteria estando en contacto conmigo o mi comida… Me sentí fatal, pero por suerte nadie tuvo problemas intestinales.

Desde el veterinario les explicaron que lo mejor sería tener una cocina separada para preparar mi comida, y así evitar una posible contaminación cruzada. También les contaron las prácticas higiénicas más recomendadas para tratar mi carne cruda, desde que la recibían congelada hasta que me la servían descongelada. Todo esto resultó ser mucho más complicado de lo que se esperaban, así que mis humanos empezaron a buscar alternativas más seguras para todos. 

Como no encontraban ninguna opción que resolviera los problemas de los dos, empezaron a pensar que podían hacer ellos para adaptar mi dieta a las necesidades de la familia. Lo primero que pensaron fue en cocinar la carne, ya que las bacterias patógenas se pueden eliminar cocinando la comida por encima de 73 °C. Así que se pusieron manos a la obra para revolucionar mi alimentación contactando con Milka Kosanovic Tesla, una supernutricionista veterinaria. Ella les ayudó a comprender que las dietas BARF no están pensadas para ser cocinadas, ya que se altera su contenido nutricional.

Por suerte, le pareció una idea muy interesante y, junto a su equipo de profesionales, se pusieron a desarrollar una fórmula nutricionalmente completa y preparada para ser cocinada. Después de muchos intentos, decidieron que una hamburguesa era la manera más óptima para servir una alimentación natural ya cocinada. Milka les compartió la fórmula personalizada para mi propia dieta, explicándoles qué ingredientes necesitaban y cómo los tenían que cocinar. 

Y aquí empezó todo. Poco a poco, mis humanos perfeccionaron su manera de cocinarlas, hasta el punto que la gente que venía a casa tenía envidia de mis hamburguesas y lo bien que olían. Después de que muchos otros petlovers les pidieran la fórmula y método de preparación, mis humanos decidieron dejarlo todo e ir de cara a la revolución. Dos años más tarde, stial. llega al mercado, con muchas mejoras respecto al concepto original y una fórmula base preparada para ser personalizada para cada perro. Yo estoy muy feliz de poder ayudar a mis compañeros peludos, y mis humanos han trabajado muy duro para facilitarle la vida a todos los petlovers, consiguiendo eliminar todos los inconvenientes que se encontraron con el BARF y otros productos similares. ¿El resultado? Las burgers stial., una nutrición completa en un cómodo formato que no requiere de congelador o nevera, ya que se pueden guardar hasta 3 meses en la despensa.